Los televisores 3D, al leer sobre ellos, causan mucha curiosidad e incluso emoción, pues prometen imágenes tridimensionales en casa que literalmente aparentan que salen de la TV (o incluso aparentar estar detrás de la TV), pero al darle el primer uso la realidad que le llega al usuario final es que por lo general tienen que usar esas tediosas gafas (similares y por lo general más pesadas e incómodas que las que utilizamos en los cines 3D)...
En años recientes, muchos fabricantes han demostrado tecnología que permite percibir el efecto 3D sin gafas, pero como expliqué el año pasado, la manera en que esto funciona no es óptima pues requiere que las personas se ubiquen en lugares específicos en frente de la TV, lo que crea el gran inconveniente que si te mueves incluso unos pocos centímetros a la izquierda o la derecha, el efecto 3D se distorsiona, causando más problemas que las mismas gafas que esta tecnología reemplaza.
Así que Samsung básicamente ha admitido (fuente) que tardará al menos 10 años en que esta tecnología 3D sin gafas se perfeccione.
Según la empresa, hoy día ya tiene prototipos que permite que una 3DTV despliegue hasta 9 lugares 3D frente a ella sin gafas (es decir, que hasta 9 personas obtengan el efecto 3D sin gafas, sin moverse de lugar), pero que espera en un futuro poder llevar esa cifra a 32 (lo que significa que habrán más lugares frente a la TV desde donde disfrutar el efecto 3D).
Sin embargo, no creo que esa solución por sí sola sea suficiente...
Una mejor alternativa que propongo (y que se ya se investiga en varios laboratorios) es que utilicen un sensor o cámara (similar al Kinect, pero no tiene que ser tan sofisticado) que detecte en donde se sientan todas esas personas, y que le de seguimiento a sus ojos para saber en donde están específicamente sentados en todo momento frente a la TV, y después desarrollar tecnología que ajuste las grillas que producen el efecto 3D en la TV de forma dinámica, de modo que estas puedan variar sus ángulos conforme se mueva la persona (o grupo de personas).
De esa manera, el efecto sería natural y uno podría moverse en el sofá sin temor a perder el efecto 3D. Si logran esto, ahí sí tendrían algo novedoso y que sería adoptado masivamente por los consumidores.
Mientras tanto, a los interesados en comprar televisores 3D al corto plazo (yo soy uno de ellos) recomiendo esperar por los nuevos modelos que ofrecerán gafas "pasivas" en vez de "activas". Gafas pasivas son el tipo utilizadas en cines, que son simplemente hechas de cartón y un material transparente especial (generalmente un filtro polarizador de luz).
La ventaja de estas gafas por sobre las activas (que requieren de baterías para cerrar y abrir de forma alterna los cristales del ojo izquierdo y derecho en estas), es que no solo son mucho más cómodas ya que pesan menos, sino que además serán muchísimo más baratas.
Hoy día el secreto feo de la 3DTV con gafas es que el costo de las gafas es demasiado alto. Hablamos de gafas que cuestan entre US$70 y US$130 cada una, por lo que si multiplican estas por la cantidad de personas que desean puedan ver la TV, el precio se dispara rápidamente a la estratosfera... Y lo peor de todo, es que no existe un estándar claro (aunque ya se ha encaminado uno) para estas gafas, por lo que por lo general no puedes utilizar gafas de un proveedor con equipos de otro.
Por otro lado, gafas pasivas costarían apenas entre US$5 y US$20 dólares.
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